martes, 13 de enero de 2009

RESULTADOS DE LA CONVOCATORIA ENVIADA POR EL ESCRITOR ASOCIADO ROY DÁVATOC



Palabras del autor
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“Mi mamá y mi papá se la llevan muy bien conmigo.
Nuestra relación es excelente
aunque hay algunos inconvenientes entre ellos dos.
Regularmente no siempre estamos tan unidos
como parece ni tampoco alegres,
hay unos días que les toca trabajar
y cuando les va mal vienen mal humorados,
pero siempre hay tiempos alegres
para mis hermanos y hermanas y también para mi”

Evelin del Carmen Nuñez Narvaez, integrante de la Fundación

Así lo anuncia la joven colombiana de trece años EVELIN DEL CARMEN NUÑEZ NARVAEZ, quien nos reprende desde su inocencia y su ternura cargada de esperanzas que al final siempre se estrella contra sí misma para estallar en felicidad.

Muchas veces los adultos olvidamos que también fuimos niños y olvidamos nuestros miedos de entonces. A veces, quiero creer que esto será pasajero; pero sabemos que no podemos escapar de una realidad latente que azota a todo mundo.

Confesiones para Raziel, nace justamente de esa necesidad de advertencia a las nuevas generaciones, a los nuevos padres, a los nuevos hogares y es a la vez una reprenda para aquellos adultos que hemos olvidado la esencia de la niñez.
Con este poemario esperamos ayudar a sortear esos momentos que llegan a agobiarnos, a aquellos instantes que no le damos la importancia debida hasta que nos llega la hora del dolor como bien lo demanda el joven poeta peruano JOSÉ MARÍA RENGIFO ORTEGA en un extracto de su poema:

,,, Ahora me despido y es ahora que
nada mío queda en esta tierra que dejo
si no el recuerdo de tu vida dormido en la memoria.
¡Adiós tierra mía!, adiós esplendorosos regatos,
adiós mar profundo y peruano que amo y hoy dejo.
¡Adiós tierra herida!, vida herida, suelo herido.
¡Adiós mano tuya!, rostro tuyo,
cuerpo tuyo, brazos tuyos estrechándome
de niño, cuerpo mío suspendiéndose de niño,
ojos tuyos mirándome de joven.
¡Adiós cuerpo tuyo!, puños tuyos, rabia tuya,
Incluso, en tus ojos muertos, las involucradas
legañas tuyas.
¡Adiós voz tuya!, adiós voz de mi padre tuya
despidiéndome de hombre.
Dios, hoy siento que voy tan solo
¡Ah más solo que nada en esta vida!.

Sin embargo; aún quedan esperanzas para continuar con la lucha hacia una nueva perspectiva del mundo.

Para finalizar, sólo que queda agradecer a aquellas personas que han influido en esta travesía hacia la gestación de Confesiones para Raziel; a aquellos amigos entrañables, a aquellos que siempre estuvieron ahí; a todos los hombres, mujeres y niños que participaron en la convocatoria de poesía organizada para dicho poemario.

Así pues, doy por finalizado este capítulo en mi nueva vida como escritor comprometido con el hombre, con Uds. amigos lectores, con Uds. futuros poetas y escritores, con Uds. nueva generación, dejando como huella este simple verso:

“NUNCA ABANDONES TUS SUEÑOS, PUES ELLOS SON EL PASAPORTE A TU FELICIDAD”


Con afecto sincero: Roy Dávatoc. Lima, enero del 2009. Perú.

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